sábado, 10 de septiembre de 2016

Antioxidantes

Según el Instituto Nacional de Cáncer y la Academia Nacional de Ciencias de EE.UU., sugiere dos frutas y tres verduras por día para una ingesta adecuada.
Aquí se presentan algunos ejemplos de alimentos ricos en antioxidantes:
- Alimentos ricos en vitamina E: cacahuete, germen de trigo, aceites vegetales, aceituna, margarinas y espárragos.
- Alimentos ricos en vitamina C, que también contienen a-caroteno: pimientos rojos y verdes, fresas, naranjas, brécol, kiwi, zumo de tomate, naranja y uva, sandia, patata cocida y coles de bruselas.
- Alimentos ricos, en b-caroteno, que contienen vitamina C: mandioca o yuca, papaya, zanahoria, espinaca, tomate, albaricoque, manteca de cacahuete y calabaza en lata.
Las frutas y verduras, además de proporcionar estos antioxidantes, poseen también micronutrientes, que pueden prevenir mutaciones. Así por ejemplo, el ácido fólico es necesario para la síntesis de nucleótidos en el DNA y se ha demostrado que su deficiencia causa ruptura cromosómica y es factor de riesgo en el infarto de miocardio. La niacina se requiere para formar la poli-ADP-ribosa, un componente del DNA.
A la hora de establecer los niveles diarios recomendables de antioxidantes, hay que tener en cuenta dos factores:
En primer lugar, si el individuo está sano o presenta algún tipo de patología. Por ejemplo, en el caso de fumadores, estos necesitan mucha mayor cantidad de ácido ascórbico que los no fumadores, ya que su catabolismo de vitamina C es mayor. Asimismo, las embarazadas también precisan una mayor ingesta por la pérdida de vitamina C que sufren a través de la placenta.
En segundo lugar,  los niveles de antioxidantes son un parámetro más adecuado que la ingesta diaria de antioxidantes, puesto que la metabolización en cada individuo es distinta, siendo los niveles recomendados, de 50 uM para la vitamina C, 30 uM para la vitamina E y 4 uM para el b-caroteno.


Con el objetivo de revisar el estrés oxidativo y su papel en la patogénesis de diversos procesos, especialmente en las enfermedades cardiovasculares, se realizó el siguiente trabajo.

Se ha demostrado que el organismo posee un número de mecanismos a través de los cuales produce y a la vez limita la producción de especies reactivas de oxígeno.
La defensa antioxidante protege a los tejidos del daño oxidativo a través de enzimas como la superóxido dismutasa, la glutatión peroxidasa, la glutatión reductasa y la catalasa.
Un exceso de radicales libres suele iniciar el daño de la pared vascular y en este proceso se encuentra implicado el colesterol LDL.
Se ha demostrado una disminución en la incidencia de enfermedades cardiovasculares con suplementos individuales de antioxidantes.



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